Sin embargo, lo más sorprendente del joven piloto del alto Nalón es su gran pasión por las motos antiguas, algo sin paragón, teniendo en cuenta que por su edad no conoció este tipo de máquinas, puesto que las mismas dejaron de fabricarse en la década de los años ochenta. La pasión de Jonathan García por las motos clásicas comenzó en el año 2005, cuando le compró a su padre una vieja Bultaco Pursang MK-12 del año 1978 que posteriormente restauró, dejándola como recién salida de la fábrica.Al año siguiente, animado por los componentes de la asociación Picandobiela, de la que es abonado, y con el gusanillo del trial en el cuerpo, adquirió la actual Bultaco Sherpa 250 para aventurarse en el mundo de la competición. Tras el éxito obtenido en la prueba de Moreda, que abrió el certamen regional de trial en la presente campaña, Jonathan García Blanco compró una Ossa TR 80 del año 1980 que acaba de terminar de restaurar.
De destacar es la gran labor de recuperación patrimonial de las marcas Bultaco y Ossa que el joven piloto del pueblo lavianés de La Sierra está realizando. Pese a la dificultad que entraña restaurar estas viejas glorias del motociclismo nacional, pues conseguir piezas originales es muy costoso y sumamente difícil, Jonathan García, sigue adelante con su pasión y ya lleva restauradas tres motos. Al margen de los problemas que hay para encontrar piezas, pues sólo existen en el mercado catalán de clásicas al que Jonathan García ha recurrido, el joven piloto del alto Nalón se ha gastado una fortuna en dicha afición. Los integrantes de la asociación Picandobiela están muy orgullosos de contar en su club con un joven tan entusiasta por las motos clásicas y desde la misma le animan para que la corra el campeonato españa.
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